Esta entrada es continuación de Las mujeres (Tercera Parte): Alfa-Omega(1) que se engloba en la serie que se completa, por el momento, con Las mujeres (Primera Parte) y Las mujeres (Segunda Parte): La burbuja inmobiliaria, el sugerente símil. Realmente se publicó el 20/8/2012, aunque la fecha reflejada sea la de cuando empecé a retocar el correspondiente borrador en Blogger. Ni que decir tiene que el contenido empecé a redactarlo meses atrás, poco a poco, como las hormiguitas.
Ventajas de ser un Alfa:
- Pecador empedernido, no porta biblia alguna que lo guie hacia la luz femenina. Los códigos sexuales inquebrantables no forman parte de su ideario.
- Ninguna necesidad de disponer de una conversación interesante. Onomatopeyas y monosílabos siempre son bienvenidos por las pobladoras de Venus, benefactoras del buen gusto intelectual.
- Sus estados de ánimo no lo comprometen en sociedad. Su ocasional mal humor y formas provocarán preocupación en su entorno, que se mostrará comprensivo e intentará averiguar, cual selecto equipo de psicólogos a su entera disposición, la raíz de su problema y solucionarlo. Nunca es reprendido y ni mucho menos dado de lado como castigo.
- Carta blanca para hacer gala de la mayor crueldad e insensibilidad hacia determinados colectivos. Inmunidad ante la defensa de cualquier postura política, hasta las antidemocráticas. Pero alguien pensaba que todas las mujeres defienden a capa y espada a los más desfavorecidos, abogan por la libertad y son compasivas espontáneamente? La mayoría de ellas lo hacen para aparentar ser inteligentes, justas y empáticas; cuestión de imagen, sobretodo con betas y omegas que no les interesan lo más mínimo, delante de los cuales alardear de valores que no se tienen en todo un acto propagandístico en medio de un mitín imaginario en el que ellas son las protagonistas: 'y puedo prometer y prometo que cuando vea a un niño en silla de ruedas lloraré y tacharé al mundo de cruel e injusto'. Las hay que aunque sean voluntarias de una ong en lucha en el Tercer Mundo, se reirán con un chiste sobre el hambre en el Cuerno de Oro - no confundir con el Cornudo de Oro - contado por el alfa de turno: 'Maaaaaaaaalo. Yo no debería reirme de estas cosas jijijiji'. Quieren polla alfa y unas cuantas barbaridades no las van a hacer desistir, perdone usted. Como decía Groucho Marx: 'estos son mis principios, si no le gustan tengo otros'. Si es que ... ¡qué románticas son estas mujeres que por amor renuncian a sus convicciones!
- Sinceridad total con las féminas. Siendo alfa te puedes permitir el lujo de decirle a la tipa que no te apetece seguir viéndola, lo cual no desembocará en reproches por su parte, ni muchos menos. En cualquier acaso intentará saber, amablemente y sin agobiar, el motivo de tan repentino cambio en tu parecer. Esto no cierra ninguna puerta a que cuando te apetezca darle un nuevo meneo puedas llamarla como si nada hubiese pasado. Así mismo, aún intuyendo que te estás tirando a otras, ella jamás preguntará, más que nada porque de saberlo y seguir contigo, algo a lo que no piensa renunciar aunque sea para limpiarte el sable una vez a la semana, quedaría como una auténtica arrastrada y falta de dignidad a tus ojos. 'Mundo Alfa: comodidad y confort garantizados'.
- Tus aficiones son sus aficiones. Tu pareja priorizará cualquier evento relacionado con tu hobby, aunque se trate del adiestramiento de caracoles para las exclusivas olimpiadas gasterópodas que te montas con tu vecino del quinto, al que, de paso, podrás permitirte tachar de 'friki de mierda', sin que tal apreciación te salpique a ti.
Además, las hay que resultan de gran utilidad cuando se trata de usarlas como sherpas de tu material deportivo, utilleras o incluso aguadoras no oficiales y no remuneradas de tu equipo. Ésas que se tragan tus competiciones sin disfrutar lo más mínimo por desconocimiento de las reglas básicas del juego. Aquéllas a las que dejas de lado desde el preciso instante en el que pisas el centro deportivo y se sientan silenciosamente esperando a que tú termines de jugar, sin rechistar ni mostrar el menor gesto de desagrado ante el tostón que están contemplando. Mostrar interés por tu entretenimiento, por muy absurdo que sea, con el fin último de complacerte, es muy típico en ellas.
- Amor y lealtad incondicionales. El auténtico alfa jamás es traicionado y nunca es dejado. Puede tener menos sustancia y ser más simple que un chimpancé y sus comentarios del mismo valor que el boquear de un besugo, que cualquiera de sus gestos y pensamientos tendrán enamorados a su pareja.
- Sucesión lógica de acontecimientos. El pertenecer a este selecto grupo te garantiza el devenir lógico que se presupone de tus conversaciones con el sexo opuesto. Analicemos, para ello, las vicisitudes a las que se enfrentan el macho alfa y el omega cuando pretenden quedar con una chica que les ha dado el teléfono.
Macho Alfa
- Llamada a la chica: Ella responde, de lo contrario es que estaba realmente ocupada. En ese caso devolverá la llamada, sabedora de que semejante ejemplar no es de los que corren detrás de ninguna falda. Acuerdan quedar a tomar algo.
- Se concreta lugar y hora: Ella se presenta a la cita. Aún siendo fuente de quebraderos de cabeza en los hombres, su puntualidad en este caso está casi asegurada. De no acudir habrá razones de peso - muerte de familiar, accidente, despido,...-. y avisará con antelación. No es educación ni empatía, es interés por no perder la oportunidad de llegar a intimar. Tiempo después ella será consecuente y dará el paso para concertar una nueva cita. El mundo funciona con normalidad y es maravilloso ahí en los dominios Alfa. A luego B. B luego C. Los libros de filosofía y lógica nunca mintieron a estos individuos.
Caso opuesto: es él quien no acude. Llamará, con antelación o no, según le dé. La chica lo aceptará, a lo sumo, con seriedad. Él quiere follar y la llama al cabo de los días. Ella responde sin rencores y vuelven a quedar transcurriendo todo con normalidad y sin imprevistos en este nuevo intento. En un mundo ideal, cuando dos personas están en la fase inicial, lo que vive el alfa es lo que debería ocurrirle a todo hombre, puesto que se deduce un interés mutuo. No. Las cosas no se rigen por la lógica en los ámbitos beta y omega.
Macho Omega
- Llamada a la chica: Aquí puede pasar de todo aunque el historial del contacto previo entre ambos sea prometedor. Si ella no responde no se hará cargo de devolver la llamada, casi garantizado. Cómo reacciona el omega? Primero deja pasar un tiempo prudencial hasta cerciorarse de la imposibilidad de que cualquier contratiempo la haya hecho permanecer despegada de su móvil como para demorarse en dar señales de vida, para acabar aceptando la realidad.
Omega mostrando incredulidad e indignación ante su mala suerte
En este punto, sólo una virtual alineación de estrellas junto con los remordimientos de ella conseguirán revertir un guión que ahora se muestra abocado al fracaso. Un toque, y va que chuta, que parece rezar: 'gástate tu el saldo que ya hago yo el favor de no dejarte tirado'.
Suponiendo que semejante milagro no se haya producido, el omega, si es inexperto en estas lides, se irá a la cama dándole vueltas al asunto; fluctuando su pensamiento entre la amargura por sentirse nuevamente estafado sin pudor y el mal de conciencia por imaginarla atrapada entre un amasijo de hierros en plena autopista, explicación macabra a la llamada que nunca recibió. Al día siguiente, o dejando unos cuantos prudenciales como le aconseja su manual, él la llama. 95% de las veces no encontrará respuesta, señal inequívoca de que está vivita y 'coleando', lo que viene siendo ir de 'colita' en 'colita'. 5% de las veces lo hacen, se inventan una historia y hacen uso de una actitud distante que termine de darle un bofetón de realidad a nuestro querido panoli, sin jamás darle una negativa de forma explícita. El no insiste por vergüenza y ella se va de rositas con su imagen intacta. Y adiós muy buenas.
Banda sonora del sinsentido con el que muchas veces se encuentra el omega
- Se concreta lugar y hora: Cambio de roles. Donde antes decíamos 'alfa', digamos ahora 'fémina' y donde decíamos 'fémina', digamos 'omega'. La expectación del omega ante su cita es equivalente a la que sentía la hembra con anterioridad. Han cambiado las tornas para ambos sexos con respecto al caso previo y mientras antes la hembra suspiraba por su alfa por pura atracción el omega contiene el aliento, sospechando otro envite letal del burlón destino en su maltrecha autoestima. Es la lucha casi masoquista contra su catastrófico destino. Es intentar invertir la penosa tendencia fruto de sus batacazos en casi cualquier circunstancia. Se convierte casi en un reto por lograr, por una vez, el éxito en sus incursiones por los pantanosos terrenos del amor más que por conseguir a la chica. ¡Ay, la azarosa vida del omega, repleta de desventuras y sinsabores! Considerando que la cita se haya fijado sin ningún escollo, éstos son
los posibles escenarios que aguardan a nuestro entrañable omega
Acudirá, casi sin dudarlo, a su cita, salvo causa de fuerza mayor. Las posibilidades de quedar con chicas escasean y no conviene desperdiciar las pocas que se presentan, aún cuando la aspirante no satisfaga sus cánones de belleza construidos a base de porno e imaginación, que en la mente de semejante pajillero, sin acritud, vienen a ser lo mismo. Lo hará con puntualidad, incluso con antelación, a no ser que se trate de un omega 'apaleao' - auténtico veterano de guerra del fracaso y los plantones - y su cita sea un cetáceo o un orco de lo más granado de la nobleza mordoriana, en cuyo caso puede retrasarse un poco por desgana ante tal panorama o incluso perpetrar su particular venganza hacia el género femenino no acudiendo a la cita, a pesar de que jamás logrará, iluso de él, ni tan siquiera equilibrar la balanza de su personal combate con las mujeres, que es en lo que se han convertido sus aventuras con el sexo opuesto.
Haber llegado al lugar de encuentro, a la hora establecida sin haber recibido noticias que soliciten abortar la cita, no es un seguro de éxito, ni mucho menos. La opción de que ella lo deje tirado nunca se disipa, el propio omega será consciente de ello y ante la más mínima funesta señal no podrá evitar ponerse melodramático y visualizar todas las escenas de su futuro y flamante fracaso, en todo un alarde de masoquismo. Zum, zum, zum... zumbido en el móvil del omega. 'Tac' con el dedo índice tembloroso, sucesor de un pequeño y entrecortado suspiro.
- Ey, dónde andas? Respuesta A: 'me retraso un poquito, ¿vale?' Para alegría y alivio del colega. Respuesta B: 'Es que mi amiga está rallada por movidas que tiene con el novio, ya te llamo más tarde para contarte' Ésta es una de las muchas respuestas que las mujeres tienen recopiladas para usar en citas omega, incluso en las beta. La frase en cuestión es una declaración codificada que reza claramente 'Mira. Realmente paso de ti tanto, que no tengo vergüenza de decírtelo de esta forma tan humillante y en este momento. Es para que te quede claro, me olvides y no me hagas tener que explicártelo'.
Aquí la pretendida dejando claro su pensamiento y respeto hacia nuestro omega.
Dado que el juego termina con la respuesta B, centrémonos en la A. 'En la A? Hombre, no me jodas, está claro que la chica va a aparecer sí o sí'. No, el calvario del omega no termina aquí. Cada obstáculo superado tiene como premio un cofre marcado con una pregunta y dentro de éste un sobre con dos posibles respuestas: 'Sí' o 'No'. La aleatoriedad, por muy simple que sea la pregunta, siempre está presente. La victoria sólo se asegura al llegar al panel final de premios, variando desde un sencillo kit de miraditas, complicidad y atracción mutua , culminadas con un beso (jijijijijij) hasta el premio máximo que se esconde bajo una tarjeta que reza '¡Una tremenda follada en este coche!'. Su coche de toda la vida, se entiende.
Continuando con esta alegoría lúdica, el alfa saldría corriendo escaleras abajo, sin que nadie lo hubiese nombrado, se diría así mismo '¡a jugaaaaaaaaaaaaaar!', se lanzaría directamente a por el panel final, se quedaría con todos los premios y hasta se follaría a las azafatas con el beneplácito del presentador.
¡A jugaaaaaaaaaaaaaaaar!
Y tú en tu casa estupefacto, con las pantuflas y con un pijama de esos a los que se le formaban micropelotillas: - ¿Pero lo habéis visto? Deberían descalificarle, si ni siquiera lo han nombrado -. Y tú familia complacida, ignorándote y comentando lo mono y 'salao' que es: - Qué arte tiene, ¡se merece llevarse el panel!
Locura, sin más. El grupo y la cancion para quien le guste.
¿Por qué me he explayado tanto con el omega y no con el alfa? Porque quedar para este individuo es sinónimo de éxito, de culminar la jugada. De hecho podría haber terminado la exposición sobre el alfa desde el preciso momento en que éste le pide el número de teléfono a la chica y esta se lo da. Pero no hubiese tenido 'gracia', o sí? 'Eto...Eto é un fistro de arfa que se aserca bravido a la hembra y éta le dizeh...ahhhhhhhhhh... le dizeh...lago blanco, lago negro...' Y así hasta el infinito. Porque si en algo era experto Chiquito de la Calzada era en prolongar el chiste por medio de idas y venidas en medio del escenario, comparaciones absurdas, y vocablos intencionadamente mal dichos para terminar diciendo, en este caso, algo como 'y le dizeh eza pedazo de hembra: daaaaaaaaaaame, daaaaaaaaaaaame tu teléfonorrrrrr que te voy a asé la caída de Roma'. Silencio sepulcral. Chiquito empieza a dar bandazos con la mano puesta en el lumbago y un tímido 'no puedor, no puedor' marca el final del chiste. Ahora, sí, ha acabado. Podemos reirnos: 'Jajajajajaja'.
- Macho Beta: Es el auténtico comodín. Las circunstancias pueden desarrollarse bajo los designios propios de un omega o bajo la suerte de un alfa. Cabe destacar que el mundo no se divide en alfa y omega. Simplemente, son dos extremos con unas características muy marcadas y unas circunstancias excepcionales merecedoras de un riguroso estudio. De hecho, y siempre desde mi punto de vista (obvio, es mi blog y no el Boletín Oficial del Estado) el macho omega es producto de su entorno y de una serie de catastróficas contrariedades que lo sumen en una espiral de mala suerte - fracaso - mala suerte infinita. O lo que es lo mismo, el macho omega sí que se hace y no se nace.